Resabios de una cultura monárquica

 

Desde hace un par de semanas, la sociedad ha sido golpeada con violencia por noticias que daban cuenta de largas listas de parientes de Ministros de la Corte Suprema de Justicia, Diputados, Senadores y otros altos funcionarios del Estado. Incluso, algunos cuyos mandatos populares ya habían fenecido, permanecían en las planillas de salarios, junto con sus familiares, en carácter de contratados.-

 

Estas noticias, que hasta hoy siguen apareciendo en los medios de prensa, se nutren de las planillas de remuneración o salario que los distintos órganos del Estado han publicado, cual efecto tardío de una suerte del “glasnot” o “transparencia”, que como síntoma de cambio, había puesto en práctica hace más de veinte y cinco años atrás el líder soviético Mijail Gorvachov.-

 

La publicación de las nóminas de funcionarios, con sus respectivos salarios, parecía entonces, morbosa y miserable, pero sus efectos posteriores evidenciaron una realidad subyacente, mucho más despreciable: Las planillas de funcionarios y contratados, pobladas de parientes (consanguíneos y afines), conyugues, convivientes y amantes, amigos y hasta domésticas (os).-

 

Forzados por la indignación generada, el Ministerio Público inició procesos penales en investigación de presuntos hechos punibles, en algunos casos, aunque en no todos, y de modo selectivo, formuló imputaciones, digiriéndolas hacia integrantes del Poder Legislativo.-

 

La demostración de fuerza de la Fiscalía, satisfizo a algunos, que salieron decididamente a apoyar la labor de los “Representantes de la Sociedad”, al punto de sumarse a este tipo de gestos, un grupo de diplomáticos extranjeros, que soslayando las limitaciones propias de sus funciones, formularon manifestaciones públicas de apoyo y solidaridad.-

 

Esa misma indignación que ganó las calles, generó que la Cámara de Senadores, apenas pocos días después de haber rechazado el pedido de “desafuero” de uno de sus miembros, reviera su decisión, la revocara y dispusiera el levantamiento de la inmunidad del requerido por la Justicia.-

 

Pero, dicho sea de paso, la demostración de fuerza del Ministerio Público, al mismo tiempo se constituye en la demostración de su tremenda debilidad. Hasta el día de hoy, ningún Agente Fiscal ha osado iniciar una investigación  (siquiera insinuarla) sobre conductas similares registradas en la Corte Suprema de Justicia, en otros órganos de inferior jerarquía del Poder Judicial, o al interior mismo del Ministerio Público.-

 

Mucho se puede decir, y escribir sobre estos hechos, que son de conocimiento y dominio público, pero, estas reflexiones no tienen como propósito o finalidad realizar un análisis jurídico o sociológico de lo que viene ocurriendo en nuestro país, sino – apenas – señalar un dato histórico que merece consideración.-

 

Desde el descubrimiento de nuestra América, y hasta después de la proclamación de la Independencia de nuestros países, hemos sufrido un proceso de colonización cultural que ha durado más de trescientos años.-

 

Lograda la independencia política de “La Corona”, hemos seguido normas y costumbres impuestas por la Monarquía, y la tarea de “Republicanizar” nuestros países, es labor inconclusa.-

 

La estructuración y funcionamiento del Poder Judicial, es prueba palpable y actual de que, en algunos casos, dicha tarea aún no ha comenzado.-

 

Jueces de “Grado”, designados por el Estado para que nos juzguen, sin participación alguna de la sociedad, ante los cuales se interponen aún “recursos jerárquicos”, a quienes nos dirigimos como Vuestra Señoría o Vuestra Excelencia, constituyen la prueba palpable, actual y vigente, de que la estructura y modelo Monárquico, sigue presente en nuestro país, a pesar de haber transcurrido más de doscientos años de Independencia.-

 

La democracia paraguaya, conforme los datos expuestos por los medios de prensa, no es más que un remedo de democracia. La incorporación indiscriminada, a la función pública de parientes, conyugues y amantes, esconde realmente una verdadera “aristocracia de la sangre”, propia de los regímenes monárquicos, absolutamente alejada de los regímenes republicanos.-

 

La ausencia de concursos de méritos y aptitudes, la acumulación de cargos, la asignación de salarios elevados, la dispensa de asistencia, la creación de puestos innecesarios para satisfacer las “necesidades” de los miembros de una “corte”, expuestos a la luz de la sociedad, reclama urgente que nuestros dirigentes políticos, recuperen la vergüenza, si alguna vez la tuvieron.-

 

Pero, mucho más perdurable será, si esta ola de indignación ciudadana, tiene la virtud de desterrar para siempre, estos vestigios del régimen monárquico que alguna vez – y por mucho tiempo – nos ha dominado.-

 

Espero confiado que algún Fiscal, con un poco de coraje, asuma la responsabilidad de investigar, perseguir y enjuiciar este tipo de prácticas, independientemente de que el responsable de ella sea Diputado, Senador, Ministro del Poder Ejecutivo, o de la Corte Suprema de Justicia. Esa será una señal clara de que el modelo republicano ha ganado un espacio importante, en desmedro de la “cultura monárquica” que aún conservamos.-

 

jorge ruben vasconsellos

abogado